SISTEMA FEDERAL Y PROTECCIÓN DE LA DIVERSIDAD
El sistema federal, la propia idea de federalismo, se vincula, desde su origen, a la idea de protección de la diversidad. Las Federaciones surgen, precisamente, por la aceptación de la existencia de una diversidad que resulta ineludible y cuya asunción, como punto de partida, y cuya protección, como objetivo, es una condición indispensable para hacer posible una integración política que se considera necesaria o imprescindible. En algunos casos muy relevantes, se llega a esa conclusión –la necesidad de garantizar la diversidad- tras conflictivos intentos –incluso de naturaleza bélica o similar- de eliminarla para alcanzar una homogeneidad que, sin embargo, no es posible alcanzar. El sistema federal, tanto en Suiza como en Canadá, países en los que la diversidad es muy destacada, es la única forma de mantener –de garantizar- la integración política del país; es decir, la única forma de garantizar la paz política en un sistema articulado de forma democrática. Una afirmación que es aplicable, igualmente, a los EEUU de Norteamérica o, incluso, a Alemania, aunque en estos dos países las circunstancias respecto a la diversidad sean de diferente naturaleza que en los dos países que se han mencionado en primer lugar.